Infección ósea

Las infecciones óseas son difíciles de identificar porque con frecuencia se parecen a otras formas de enfermedades o lesiones. Lo más probable es que su médico comience con un examen físico y preguntas sobre su historial médico. También pueden solicitar pruebas como radiografías, MRI o análisis de sangre. Los antibióticos y la cirugía se usan con frecuencia para tratar una infección ósea. Para comprender mejor la infección ósea, los usuarios de Welzo deberían leer este artículo.

¿Cómo diagnosticar una infección ósea?

Lo más probable es que su médico comience con un examen físico si tiene una infección ósea. Preguntarán sobre su historial médico y si ha sido lesionado recientemente o se ha sometido a una cirugía. También examinarán el área afectada en busca de calor, dolor e hinchazón.

Para confirmar el diagnóstico, su médico también puede realizar pruebas. Estos podrían incluir:
- Rayos X
- Mris
- Escaneos de los huesos
- Exámenes de sangre

Los antibióticos y la cirugía se usan típicamente para tratar las infecciones óseas. En algunas circunstancias, se requiere una combinación de los dos. Los antibióticos ayudan a la eliminación de tejido infectado o muerto, mientras que la cirugía se utiliza para eliminar cualquier tejido muerto o infectado. Se puede requerir una articulación protésica temporal en situaciones extremas. La mayoría de las personas se recuperan de infecciones óseas con terapia. Sin embargo, si no se completa la terapia, la infección puede volver a ocurrir.

Síntomas de infecciones óseas

Los síntomas de una infección ósea pueden variar según el tipo de infección que tenga. El dolor en el área afectada es el síntoma más común. Otros signos y síntomas pueden incluir:
- Inflamación
- Enrojecimiento
- Calor
- ternura
- degeneración ósea
- Daño articular
- Fiebre
- Piel de gallina
- Transporte
- Pérdida de peso
- Fatiga

Si la infección se propaga, también puede sufrir los siguientes síntomas:
- perplejidad
- mareos
- Vómitos
- Diarrea

¿Cómo prevenir las infecciones óseas?

Las infecciones óseas son difíciles de prevenir, ya que con frecuencia ocurren después de una lesión o cirugía. Sin embargo, puede reducir su riesgo haciendo lo siguiente:
- Mantener una buena higiene. Lave sus manos con frecuencia y use técnicas adecuadas de manipulación de alimentos.
- Trate de no compartir agujas u otras cosas afiladas.
- Ejercar extrema precaución al manejar heces de mascotas.
- Mantenga los rasguños y cortes limpios y protegidos.
- Manee adecuadamente las enfermedades médicas crónicas como la diabetes.
- Busque tratamiento para cualquier infección lo antes posible.

Las infecciones óseas son peligrosas y deben tratarse lo antes posible. Consulte a su médico tan pronto como sospeche que tiene una infección ósea. La detección y el tratamiento tempranos pueden ayudar a evitar que la enfermedad se propague y cause más daño.